miércoles, 2 de febrero de 2011

Realidad sufrida?

Abrió los ojos, movió lentamente sus piernas, pensando que era el mismo día, el mismo día de todos los días de su vida ( esa vida igual a la de niña) aburrida, dramática, con necesidad de olvido, había vuelto, sentía que nada existia, no había motivos ni razones para cualquier cosa que quisiera o era obligación suya hacer, porque entonces se mezclaban en su mente, en sus pensamientos las siguientes preguntas, por qué, para qué una y otra vez.


Dios! como sentía la necesidad de poseer el don de tener memoria selectiva (si acaso eso es un don) y así dejar en su mente solo aquellos recuerdos gratos, aunque fueran pocos ella estaba segura que los podía duplicar, duplicar y así llenar los espacios que ocupan esos recuerdos o reflexiones que se hacia constantemente. Esas reflexiones que le hacían cuestionarse esto, aquello o lo otro. Eso la llenaba de ansiedad, la cual alimentaba cada día con preocupaciones al dar respuesta ella misma a esas preguntas y recuerdos que la agobian. Y es que no ha podido nunca saber que le atormentaba, no sabía si lo que recordaba era real o producto de su imaginación.



Cuántas escenas venían a su imaginación, escenas pero solo eran de situaciones tristes que ella imaginaba podían pasar; y eso la torturaba. Oh! Por Dios no soportaba más, quería que su cabeza fuese una olla de presión y sacar todo lo malo que la agobiaba por esa válvula. Estoy a punto de volverme loca! - gritó para sí Sufrida Dolores. Sí así había decidido llamarse aquella mujer que sólo quería dejar de pensar, dejar de recordar, recuerdos que solo le cargaban la cabeza. Había sentido ese día la necesidad de sentir sobre su cuello la presión de una mano amiga o enemiga y se imaginó el alivio que se sentía y lo intentó ella misma. No para morir sino por esa necesidad o reacción que provoca la asfixia de aspirar más oxigeno y sentirse relajada.



Algunas veces quería solo abstraerse llevar su mente y su alma a otro lugar y dejar su cuerpo allí inerte, inmóvil, sin sentidos aunque fuera por un instante. Cuando volvió en sí; regresó a la realidad; esa que le aturdía la mayor parte del tiempo. Y es que no era fácil sentir lo que sentía cuando pensaba, o recordaba o cuando las cosas no se hacían correctamente( al menos como ella creía). Era observar simplemente el tiempo medido por un reloj de arena que va muy deprisa , sin darte tiempo de reaccionar, o tiempo de ver que hacer con tu vida. Sintió sin poder hablar, moverse o gemir como algo filoso y frio recorría desde su garganta hasta la parte baja de su abdomen; luego las miradas sobre sí, la hacían sentir incómoda hasta después de muerta, mientras otros criticaban sus partes íntimas o lo que quedaba de sus senos.



Tenía ese frio y no podía arroparse, pero cómo? sí estoy muerta se decía, pero se negaba a morir; de pronto sintió un leve sacudón se había quedado dormida, en aquel pabellón a donde la habían llevado vestida de blanco, abranzádose a sí misma, sí la habián llevado al manicomio.



Continuara...